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Verrugas genitales

El VPH puede producir más infecciones de transmisión sexual que cualquier otro patógeno. Se conocen más de 100 variantes del VPH. Las cepas de “bajo riesgo”, los tipos 6 y 11 producen verrugas anogenitales exofíticas pero no se suelen implicar en neoplasias premalignas y cáncer.

Las cepas de VPH de “alto riesgo”los tipos 16, 18, 31 y 45, están implicados en la displasia y los carcinomas de cervix, ano, pene y vulva.

 

Constituye actualmente la enfermedad de transmisión sexual (ETS) más frecuente.

 

La mayoría de las infecciones se adquieren en < 30 años, reflejo de los hábitos sexuales. La transmisión es fundamentalmente por contacto sexual.

 

El periodo de incubación suele ser de forma característica entre 1-3 meses hasta la aparición de verrugas genitales, aunque puede ser de hasta 6 meses después del contacto sexual. Las verrugas visibles son el motivo de consulta más frecuente aunque no ocasionan dolor ni molestias. Las verrugas grandes o con traumatismos se pueden ulcerar o sobreinfectar produciendo dolor, picor, secreción o mal olor. En hombres, las verrugas uretrales (dentro del pene) pueden alterar el flujo urinario y muy ocasionalmente producir obstrucción.

 

El principal objetivo del tratamiento es erradicar las verrugas visibles. En la mayoría de los casos el tratamiento induce periodos sin verrugas. Si se dejan sin tratar, las verrugas pueden resolverse espontáneamente, mantenerse sin cambios o incrementarse en número y tamaño. El tratamiento posiblemente reduce pero no elimina la infección por VPH. El tratamiento suele incluir reforzadores del sistema inmunológico como son  las vacunas.


En algunos casos en que no haya respuesta a los fármacos o por su tamaño y número , se pueden tratar mediante cirugía, existiendo diversos tratamientos como la escisión quirúrgica, electrocauterización y congelación con nitrógeno líquido.

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